Paraguay 1978, en plena dictadura Stronista, dos hombres (Pastor y Dionisio) se dedican a enterrar cadáveres clandestinamente en un bosque. Entre el montón de muertos, una mañana, encuentran a Mario, que aún respira; los dos enterradores saben que tienen que matarlo pero nunca asesinaron a nadie antes. El destino de los tres, se define durante la final del mundial de fútbol Argentina 78, que transcurre en paralelo en el vecino país.